Testimonios

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El mata gigantes

A doscientos cincuenta kilómetros al norte de la capital, en una localidad llena de magia, clima fresco y rodeada por tres Volcánes: Miravalles, Rincón de la Vieja y Tenorio vive el mata gigantes. Aguas Claras de Upala.

Cuatro vacas flacas pelean el poco pasto que les queda en un cuadrante al lado atrás de su casa, de vez en cuando un novillo corre tratando de llevar el paso de un chico moreno y flaco que corre como un rayo en los pastizales.

Un gigantesco árbol de Ceibo es fiel testigo de sus jornadas de entrenamiento y trabajo, Georman Rivas tiene 19 años, es hijo de valientes campesinos: don Santiago y doña Teresa, es el menor de cinco hermanos, Elieth, Lenin, Exania, Yariela .

“Yo quería ser como mi padre, un futbolista cotizado en la zona pero mi talento no estaba en el fútbol, eso me frustró un poco, pero en el Liceo me motivaron a correr y ahí inició la pasión por el atletismo”. Comenta Georman con la tez sudada luego del entrenamiento.

Georman ya tiene medallas de plata en Juegos Centroamericanos, en 1500 y 3000 con obstáculos, por si fuera poco ya ha enfrentado a los mejores corredores del país en carreras de 10kms y los abatió.

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Don Santiago no oculta el orgullo por su hijo. “Cuando viajaba a San José me daba miedo que le pasara algo y luego cuando salió en avión fuera del país todavía más, pero él disfruta mucho y viene todo contento, nos cuenta sus aventuras lo que ahora nos pone más tranquilos. Se que anda con gente sana y él también lo es, por eso el deporte ayuda a la juventud a ser sanos”. Una lágrima asoma en los ojos de su progenitor, un señor de mirada noble pero de manos pesadas labradas en el campo.

Ordeñar, sembrar arroz, frijoles, maíz, chapear, cortar leña son labores que desde niño padre e hijo hacen a diario. Don Santiago se extraña ante la pregunta de cómo le alcanza a Georman el tiempo para hacer todo eso, entrenar y estudiar.

“Fácil, aquí los niños quieren ser como el papá, a las 6 a.m. ya estamos trabajando y es parte de la vida, yo trabajo para comer”.

Mientras tanto, Georman termina su entrenamiento y ve el reloj , dice que va tarde a un homenaje al Liceo de Aguas Claras de Upala de donde precisamente se egresó hace un par de años, camina sin prisa entre las gallinas de la casa que cacarean y corretean todo el día.

Fue en el Liceo donde el profesor Greivin vio algo distinto en Georman, a pesar de que no era bueno en fútbol el sabía que corría mucho más que los otros.

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Camina pausado, entra a su humilde morada, una casita de madera donde todos los espacios son pequeños, sala, cocina y tres cuartitos todo en 40m2.

En su cuartito tiene cables donde tiende su ropa deportiva y de andar, limpia e impecable.

Sale ataviado con un jeans, camisa blanca y tenis, camina 300mts y entra al Liceo. La gente le da la mano y lo felicitan por su última victoria en San José, (la carrera Kolbi) “Georman ahí lo vi en el periódico, muy bien campeón que orgullo”, le dice el guarda al entrar. Rivas humilde pero formal responde con sencillez, “Si, muchas gracias”, le da la mano y sigue su camino al homenaje.

El apoyo y las muestras de cariño de la gente de Aguas Claras son combustible diario para Georman. “La gente y los niños de la comunidad me dan mucha alegría y motivación, saber que algunos quieren correr como yo o ir a la universidad es muy bonito”.

Más tarde nos lleva a conocer el cuadrante, una zona de lastre llena de montañas donde se divisa a lo lejos el Lago de Nicaragua. “Aquí entreno cuestas, me gusta mucho porque es muy solitario y tranquilo”.

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La pereza, el cansancio, la desmotivación o las excusas parecen ser palabras ajenas a Georman.

“Entreno atletismo seis veces por semana, también hago ciclismo de montaña para descansar piernas, trabajo un poco en casa y estudio Administración en la Universidad allá en Liberia, donde trato de hacer la pista o trabajos de calidad”.

Georman lleva cuatro materias en la Universidad en Liberia gracias a una beca de Coopenae y la Universidad de San José, agarra bus de mañana de ida y de regreso de tarde o noche según le toque.

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Con hablar pausado y mirada profunda Georman reflexiona acerca de su futuro
“Estar en el grupo de detección de talentos de Hypoxic y patrocinado por Coopeane es una oportunidad muy grande para mi, vean de donde soy, yo quiero que si a mi me va bien le vaya bien a otros que no tienen oportunidades, por eso trabajo duro a diario”.

¿Hay señal para soñar en grande para un chico de Aguas Claras de Upala?

“Yo me veo en una olimpiada, me gustaría romper records como el del 1500 y espero lograrlo. Hace dos años veía lejano ganar una carrera allá a los de San José y ahora lo hago, lucharé por mis sueños y por dar a conocer más a Aguas Claras de Upala y por supuesto a Costa Rica”.

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Regresamos a su casa, su padre don Santiago pica una gran carga de leña y Georman se ofrece ayudarlo, toma el hacha y con precisión hace trocitos, lo que más tarde será el combustible para la cocina de la casa.

En este lugar recóndito, lleno de paz y naturaleza, sin apego a lo material, cargado de valores vive y trabaja “El Mata Gigantes”, Georman Rivas

Fotos por Lead Adventure Media, Jose Andrés Vargas
Crónica por Miguel Jara

Georman Rivas, Corredor élite

Llegué al Programa gracias a que hice una prueba de atletismo y la pase desde entonces me he mantenido en el equipo dando lo mejor de mí y gracias a mi entrenador German he ido mejorando y preparándome para lo que viene en el futuro.

Mi meta es sacar el estudio, mejorar mi rendimiento, poner mucho empeño en todo lo que haga y espero algún día llegar a los Olímpicos. Este programa me ha ayudado a descubrir el talento que tengo, gracias a esto no me ido a malos pasos y pienso seguir así hasta que Dios me preste vida.

Mi mama dice: “Yo pienso que German (el entrenador) ha hecho un muy buen trabajo con mi hijo ayudándolo a mejorar tanto en la casa como entrenando y le doy gracias por lo que a hecho con él.

 

Kenneth Mejía, Atleta

Mi gran amigo Alejandro López Ríos  me comentó que estaba organizando un equipo y me quería ayudar yo le dije que sí me pareció muy bien. Alejandro es un HYPOXIC y se dio cuenta del programa de talentos le comento a Roberto de mí y me incluyeron en este programa el cual ha sido muy beneficioso para mí.

Pensaba que no tenía talento para esto y desde que entreno con Hypoxic-Coopenae, es diferente el apoyo del grupo es muy bueno se vacila cuando se puede pero cuando es de entrenar entrenamos, si alguien no aguanta lo ayudamos psicológicamente para que termine y hoy en día estoy corriendo los 10km debajo de los 37 min la verdad he mejorado mucho y quiero seguir mejorando.

Beneficios? Muchos en realidad en el deporte cualquier cantidad he estado en podio en la categoría juvenil, últimamente he estado en el top 15 en la general y siento que estoy para más. En el estudio pues me ha ayudado a verlo de otra manera a cambiar mi forma de pensar que sin el estudio no podemos llegar a ningún lado. En lo personal yo antes era insoportable “necio” ahora un poco menos ahora he aprendido a vacilar de otra manera sin ofender a los demás, a ayudar más a las personas que lo necesitan de alguna forma. Me gusta ayudar a los compas en los entrenamientos cuando realmente quieren.

Tengo muchas, muchas metas desde llegar a ser un gran corredor hasta sacar una carrera universitaria.

Yo se que para llegar a ser un gran corredor hay que sacrificar muchas cosas lo cual lo he hecho hasta el momento y espero seguir haciéndolo porque quiero llegar a ser uno de los mejores corredores del país e ir a unos Juegos Olímpicos, sé que es muy muy difícil pero lo voy a lograr porque me gusta hacerlo (esa adrenalina que uno siente cuando gana una carrera, aguantar un ritmo durísimo de compe sentir echo leña por dentro pero no darse por vencido, sacar ese coraje que llevo dentro) las pienso lograr entrenando muy fuerte, siendo disciplinado y con coraje y humildad y la ayuda de Germitan mi entrenador y todo el equipo de Hypoxic hasta donde se pueda. Y también todo esto va de la mano del estudio porque sin el estudio ahora cuesta mucho, y quiero llegar a ser un gran profesional en educación física, porque siento que esto es lo que realmente me apasiona y lo voy a hacer.

 

Isaac Obando, Atleta

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Llegué al Programa de Talentos mediante una prueba de resistencia después de un partido de futbol, que consistía en correr cada vez a mayor intensidad en cierto tiempo. Antes de entrar al Programa tenía como meta ser un jugador de alto rendimiento.  Después, una mejoría en la salud, además uno se mantiene ocupado y no le brindaría tiempo a cosas inútiles.

Espero llegar a ser un muy buen maratonista y hacer un IRON MAN, entrenando cada vez más duro.

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Me encanta entrenar, siento que es una muy buena de forma de superarse y de ahí aprovechar para conseguir un muy buen apoyo tanto económico como emocional  y así sacar mi carrera deseada. Por otra parte es muy  bonito saber que a uno le exigen y que tiene confianza en uno para superarse. Además se disfruta con los compañeros de equipo que es como una familia.

A mi familia les parece bien ya que el entrenamiento y en general la práctica de un deporte a nivel elevado permite no solo el crecimiento en el área física, sino también la parte integral y familiar permitiendo a la persona mantener un buen estado físico así como familiar.

“El lecherito de Pacayas”

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Crónica por el periodista Miguel Jara
Fotografía: Jose Andres Vargas

Juana, Rabona, Pinta y la Chumica, son sus mejores amigas, las conoce desde que nacieron, a penas lo ven trotan a encontrarlo buscando cariño y alimento.

A casi 2000 metros sobre el nivel del mar está la finca Buena Vista en Pacayas de Cartago, ahí trabaja Luis Coto Castro, un chico que hace dos años dejó la bola por el atletismo.

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El cielo ahí tiene un azul que hechiza y las nubes dan la sensación que bajan a tocarte, montañas empinadas de tierra suave y pasto verde, muy verde.

“Luego de trabajar yo le digo, pa´ descanse pero ligerito me lo encuentro ahí corriendo o pegando brincos allá abajo”. Comenta don Adrián Coto, agricultor, lechero y padre de Luis, El lecherito de Pacayas.

Egresado recientemente del Colegio Seráfico de San Francisco en Cartago, Luis ahora tiene 18 años, mide 1,60mts y pesa 54 kg, piel canela pintada por el sol de largas jornadas de trabajo, ojos miel y pelo negro. A este chico agarrarlo quieto o callado es misión imposible.

Es tan curioso con los animales como con la gente, gran conversador y preguntón, siempre quiere saber las razones y el por qué de las cosas.

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“Mi fe es que él llegue a ser veterinario, ya él sabe mucho de animalitos y la tierra pues aquí en la finca aprende. Con lo poquito que le podemos dar espero que salga adelante con sus estudios”. Señala don Adrián.

Mientras Luis trabaja, guarda las tenis y la pantaloneta, se transforma en un vaquero contemporáneo: pantalón tipo jeans, camiseta de algodón, botas de hule y gorra.

Sus jornadas son tan variadas como extensas, combina entrenamientos, estudios y trabajo. “Los sábados nos levantamos a las 2 a.m. para salir ya con el carro cargado a la feria de Barva en Heredia, ahí papá y yo vendemos queso de la finca, papas y zanahorias, vieras que es un trabajo muy bonito”. Su regreso es a las 3 de la tarde donde se toma un café y sale a entrenar.

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En resumen trabaja 5 días por semana y entrena 6, cuando hay ordeño lo hace de 2 a.m. a 1 p.m. “Eso sí, a la hora del almuerzo caigo redondo a dormir”.

Combina sus entrenamientos en el “patio” de su casa ubicada en Cipreses de Oreamuno , donde tiene un circuito de 1600mts lleno de hermosos caminos de tierra y rodeado de montañas, “Aquí es bonito porque si salgo temprano a correr me puedo topar con conejos salvajes, coyotes o pajaritos”.

Su madre, Sonia Coto y su pequeña hermana Odeth (2 años) son testigos de las idas y venidas de este hiperactivo joven.

Además corre en la pista del “TEC” o en el Polideportivo de Cartago . “Cuando me mandan bici un vecino me presta una pues no tengo, también hago natación, fijo me gustaría hacer un tri algún día, para eso debo ahorrar más para comprarme la cleta”. Dice que admira a Leonardo Chacón y al joven David Marín en triatlón.

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En Linda Vista se mueve en las escarpadas montañas con la agilidad de un gato de montes, va jalando un tarro de alimento concentrado para sus grandes amigas y no duda en reír por los celos del toro negro que las cuida “Correteadas me ha pegado pero siempre salgo bien librado” dice orgulloso el lecherito.

Las vacas son como “doñas fisgonas”, están pendientes de toda la conversación con el lecherito, están idas viéndolo y literalmente van detrás de él como si fueran un perro domesticado, mansas y fieles. Pica zacate en la cortadora, le pone miel, se lo da a Juana y se sienta en un banco improvisado a ordeñar.

 

“Intenté entrar a Veterinaria de la UNA, no pude porque el examen me salió bajillo, ahora estoy llevando materias básicas, voy a seguir pulseándola, estudiar es algo caro pero es mi gran anhelo”.

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El trabajo en el campo es bello pero duro a nivel económico, sin asomo de queja Luis hace números. “Por semana yo gano unos ¢30.000, con eso pago mis gastos y trato de ahorrar para mi Universidad, además Coopenae me ayuda con una beca y mi papá pone otra parte”.

Luis ganó recientemente una carrera de 5kms, su mejor marca personal en 1km fue 2m:40s hace una semana en el TEC. “Yo quiero llegar a correr tan bien como los de antes: José Luis Molina, Happy Gómez, Erick Quirós o Alfonso Ramírez, admiro aquí de la zona a don Juan Carlos Zúñiga y Javier Fernández”.

Ahora con la azada en el hombro luego de convertir la tierra tan suave como un algodón de azúcar para sembrar papa Luis no duda en citar sus metas, “Ser veterinario, zoo tecnólogo, correr debajo de 29 minutos un 10km y vivir trabajando aquí en el campo”.

Prepara una carga de queso que debe llevar 500mts camino abajo de la montaña a la bodega, el aire se enfría un poco más, Luis va y viene de 5:30 a.m. hasta las 3 p.m.. “Siempre hay qué hacer acá , nada es aburrido”, se despide Luis con su inconfundible sonrisa y buen humor.

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Luis Alejandro Castro, Atleta
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